Dimos comienzo a
nuestro programa con una noticia. Una buena noticia que nos dará espacio para
entrar en un tema de salud. Todos sabemos que
la salud es un bien preciado y es nuestra obligación cuidarla y saber
cómo correctamente hacerlo. La noticia en cuestión proviene del territorio
amázonico, en Brasil y no deja de sorprender a aquellos que se ocupan de la salud y lleva por título
La tribu donde nadie muere de un infarto.
Y comienza diciendo que los ancianos de este pueblo
amazónico, llamado los tsimané, tienen la misma salud vascular que un occidental de 50 años. (vascular, es
un término vinculado al corazón y al aparato circulatorio). La noticia está
fechada el pasado 17 de marzo pasado y fue publicada por El País de Madrid.
Continúa
diciendo Los indios tsimané tienen la
mejor salud vascular de entre los pueblos estudiados hasta ahora. Las arterias
de un anciano de 80 años de estos indígenas de la Amazonia boliviana están en
igual o mejor estado que las de un estadounidense de mediana edad. Esto hace,
según un estudio, que apenas tengan enfermedades cardiovasculares. La cual hoy
día afecta a infinidad de personas en el mundo entero. En la última década,
solo un tsimané habría fallecido de un infarto y fue ya a edad muy avanzada.
Los autores de la investigación relacionan esta salud de hierro con el estilo
de vida de los tsimané, aún basado en la recolección, la caza y la pesca de
subsistencia. Es decir que su vida es sumamente primitiva y llegaron a ello
luego de haber conocido lo que llamamos civilización.
Estuvieron en contacto con los misioneros jesuitas en el
siglo XVII, los tsimane abandonaron sus asentamientos tradicionales para
adentrarse en la selva huyendo del hombre blanco. Son unos 16.000 distribuidos
en casi un centenar de aldeas a lo largo de unas precisas cuencas afluentes del río Amazonas. Aunque visten
ropas y usan herramientas occidentales, aún mantienen su estilo de vida
semi-nómada con una economía comunitaria de subsistencia, viviendo de lo que
cazan, pescan y cosechan en pequeños terrenos junto al poblado.
Dentro de un estudio antro-pológico de largo recorrido
iniciado al comenzar este siglo, un grupo de investigadores ha tenido la
ocasión de estudiar el estado de salud vascular de los tsimane. Las
enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en el mundo.
Según la OMS, (Organización Mundial de la Salud) mueren al año unos 18 millones
de personas por este motivo. Los autores del estudio se centraron en la más
común de las afecciones arteriales, la ateros-clerosis coronaria, un
endurecimiento progresivo de las arterias debido a la acumulación de grasa y
tejido conjuntivo que acaban calcificando el interior de los conductos. La
mayoría de los infartos cardíacos y los ictus cerebrales vienen precedidos de
esta calcificación arterial.
La calcificación arterial en un tsimane es hasta cinco veces
menor que la detectada en un occidental de su edad
El estudio ha comprobado que la cantidad de calcio acumulada
en las arterias principales de los tsimané mayores de 40 años es hasta cinco
veces menor que la calcificación detectada en personas occidentales de su misma
edad. En concreto, de los 705 adultos a los que escanearon, el 85% no tenían
rastro de calcificación arterial. Otro 13% tenía bajas concentraciones de
calcio y apenas el 3% de los estudiados mostraron un riesgo de leve a moderado
de tener problemas coronarios en el futuro.
Nuestro estudio muestra que los tsimané de América del Sur
presentan la menor prevalencia de ateros-clerosis de entre todas las
poblaciones que se hayan estudiado, dice el codirector del proyecto
Antropología y Salud de los Tsimane, el profesor de la Universidad de Nuevo
México (EE UU), Hillard Kaplan.
Hemos leído la noticia que fuera publicada a lo largo y
ancho del mundo, sin embargo falta aún una opinión científica acerca de ésta
particularidad. Por supuesto nosotros dejamos esa labor a los entendidos,
aunque la reflexión, que es un don que no se aprende en la universidad, nos
puede ayudar esta apreciación. Cualquiera imagina que por sobre todo podrían
ser por causas genéticas y la otra, vivir naturalmente, alejado de la civilización y por ende por
todos los problemas que ésta genera y complica la vida. Quizás haya otras
razones. Sin embargo, nos inclinamos a afirmar que los niveles de estrés de los
componentes de esa tribu serán muy bajos o inexistentes. La vida moderna nos
lleva a un descuido en nuestra salud por
el ESTRÉS o la preocupación constante a que estamos expuestos
Llevar el peso de un mal momento puede significarnos atentar
en contra de nuestra salud. El aumento en el consumo de cigarrillo, de alcohol,
y el desgano que provoca estar “estresado”, afectan bruscamente nuestra salud,
y peor aun, nuestro órgano principal el corazón. Vivir situaciones de enojos, o
estrés en cualquiera de sus versiones (laboral, emocional, etc), puede hacernos
pasar por algo más que una mala experiencia.
El estrés se produce cuando un individuo se ve enfrentado a
demandas externas yo internas que sobrepasan la capacidad de respuesta, es
decir, “los recursos que tiene el individuo para adaptarse a estas exigencias
se agotan. Algunos eventos generadores de estrés que podemos mencionar son las
pérdidas personales, cambios en el trabajo, problemas económicos, enfermedad o
lesión, cambios en el estilo de vida o familiares, y la jubilación, entre
otros”.
Director de la 94.3 Fe y Alegría: Prof. Juan Carlos Leal
Productor del programa: Juan Yáñez
Consola de sonido: Ing. Raúl Fermín
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